Yo pude haber sido escultor
y me la sudaría.
Podría haber sido pintor
y me la sudaría.
Podría incluso no haber sido
y entonces sí que me la sudaría.
Pero soy poeta, sufro,
luego existo.
Y la existencia me aprieta, me estrecha,
arruga las sábanas de la cama de la calma
y no me deja existir.
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